Mostrando entradas con la etiqueta La entrada de la mujer en la Universidad. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta La entrada de la mujer en la Universidad. Mostrar todas las entradas

miércoles, 9 de febrero de 2022

El "IUS COMMUNE" Y LA APARICIÓN DE LAS UNIVERSIDADES EN EUROPA

El nacimiento doctrinal del “Ius Commune” y la irrupción de las universidades en Europa fueron fenómenos simultáneos e interdependientes.

El Derecho Común puede empezar a proyectarse gracias a las enseñanzas en los centros universitarios más prestigiosos donde acudirán estudiantes de diversos países. Las universidades logran consolidarse y obtener renombre internacional desde el momento en que empiezan a enseñar lo que es de interés general. El aprendizaje de los saberes ha desbordado ya a las Escuelas monacales y catedralicias e irrumpe de lleno en la vida urbana a través de las universidades.

El epicentro del origen de estas se encuentra en Bolonia, pero las enseñanzas universitarias empiezan a expandirse con rapidez a través de otros centros europeos, entre ellos España cuya primera universidad se instaurará en Palencia durante el reinado de Alfonso VIII, y no en Salamanca como es comúnmente creído. 

Antes de la revolucionaria llegada de la imprenta de Gutenberg, los universitarios estudian ese Derecho Común en códices que luego llevarán consigo a sus países de origen, lo que propiciará la difusión de ese y de otras ciencias desde esos mismos textos copiados por unos y otros. Hemos de destacar al respecto la labor de glosadores y traductores en su afán de perpetuar y hacer llegar el saber y el conocimiento de una manera general y expansiva.

Los expertos en “Ius Commune” ocuparán así cátedras universitarias y nutrirán además los tribunales de justicia y los órganos de administración bajomedieval y con ello irá calando en la vida cotidiana a la vez que se perfecciona.

Podemos, por todo lo expuesto, deducir que La Universidad es una de las instituciones más antiguas del mundo occidental,  que ha ido evolucionando a lo largo de los tiempos en función de las cambiantes condiciones de su entorno hasta convertirse en la  actual y contemporánea  de la que gozamos hoy en día.

LA INCORPORACIÓN DE LA MUJER A LA UNIVERSIDAD ESPAÑOLA EN EL S. XIX

Nos indica el autor  Martín Sárraga que la incorporación de la mujer a la Universidad española se produce  en 1873. Las universidades empiezan a tener alumnado femenino gracias a un vacío legislativo.

Para el legislador de la época era inconcebible el acceso de la mujer a la educación y mucho menos a la universitaria, y por tanto no existía una prohibición explícita.

En 1872 se matricula por primera vez una mujer en una facultad española, en concreto, en la de medicina de la Universidad de Barcelona. Se trata de María Elena Maseras, una joven catalana que hubo de solicitar un permiso especial para realizar los estudios de segunda enseñanza y posteriormente los universitarios.

A partir de 1873, distintas universidades españolas empiezan a conocer de la presencia de alumnas entre sus estudiantes. No obstante, los trámites que tuvieron que seguir estas distaban mucho de los que eran exigidos a sus compañeros.

Hemos de señalar que se partía del más absoluto silencio normativo en cuanto a la posibilidad de acceso de la mujer a niveles académicos superiores. Se exigió la correspondiente autorización ministerial para cada caso concreto. Además, las alumnas no podían asistir a clase, pues, según la costumbre, de ningún modo debería admitirse su presencia en el aula con los hombres.

En un primer momento los estudios concluidos no habilitaban a la mujer para el ejercicio profesional. La incorporación de esta a determinadas profesiones ponía en peligro la tradicional estructura familiar.

De las treinta y seis universitarias que finalizaron la licenciatura antes de 1910,  diez y seis se matricularon  en  las asignaturas de Doctorado, aunque solo ocho lograron defender su tesis y obtener el título de Doctora.

Evidentemente, desde estos primeros años hasta nuestros días se han producido profundos cambios en la sociedad y por ende  también en la Universidad. Sin embargo,  no en todos los ámbitos universitarios se ha alcanzado la plena equiparación.